sábado, 14 de agosto de 2010

Esperarte es tan estúpido como lo fue creerte en su momento.


Un día me vas a entender.

Un día me vas a extrañar.

Ese día llego.

Ya no me podes parar.

No lo intentes.

Ya no puedo pensar.

Ya mi fuerza no resiste más.

Me lograste enfermar.

La competencia terminó.

Y no gané, sino que te dejé ganar.

No me intentes rescatar.

Si cuando necesitaba ayuda, no tuviste problema en negármela.

Ya no exageres.

Ya no llores.

Ya no intentes hablar.

Hubo tiempo para eso y no lo supiste aprovechar.

Ahora, ahora dejame.

Y no me pienses buscar.

Porque donde me pienso esconder, no me vas a poder encontrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario