sábado, 4 de febrero de 2012

El tiempo puede sanar las heridas, pero las cicatrices siempre nos recordarán el pasado.


Entro al baño, cierro la puerta y apoyo la espalda mientras casi sin querer me voy resbalando para sentarme. No era por cansancio físico, sino por cansancio mental, esos momentos en los que todo te supera y necesitas un momento para “pensar, pensar en nada”, como decían los piojos.

Mi cuerpo pesa mil veces más de lo usual, tengo fuerzas suficientes para respirar y solo para respirar y mantenerme en pie no es algo que ni se me pase por la mente. Mi corazón como queriendo secundar la advertencia de la paupérrima fuerza en mi sistema late despacio, peligrosamente despacio.

Me dejo caer por la gravedad del suelo. Miro el celular que tengo en la mano derecha esperando un mensaje, una llamada, una alerta de que te sigo importando… Pero no hay nada.

Miro el techo, la humedad que empieza a notarse por las esquinas de la habitación  y me empiezo a sentir mas sofocada, me siento un poco peor que antes asíque decido cambiar mi foco de atención. Miro hacia la pequeña ventana que hay a un lado de la ducha y me duele ver que la luna esta radiante, llena, y como expectante de que vuelva el tiempo atrás en mi mente y piense con melancolía.

Mi mente vuela unos cuantos meses atrás, recordando con una notable exactitud de detalles la conversación que una vez tenía con él:

Yo- Te extraño.
Él-Yo también mi amor, pero seguro nos vemos pronto, ¿No?
Yo -No sé, el tema es complicado, vos ya sabes Ni.
Él -Ya sé, pero bueno. No te pongas mal, por lo menos te estoy hablando, ya a esta altura aprendí a conformarme aunque no me gusta nada.
Yo -Sí, supongo… Sabes que hoy estaba viendo una película, en la que una pareja estaba separada re dramática, así como nosotros (?, y típica película yankee romántica la chica le decía al chico que no importaba lo lejos que estuvieran, siempre iban a tener a la luna a la `misma distancia´ como algo que los unía. ¿Vos y yo también, no?
Él -¡Jaja! ¡Qué raro vos mirando películas!
Yo -¡Dale! Total, no me des bola, todo bien…
Él -Te estoy escuchando amor, no te enojes. Obvio, pero más que la luna lo que siempre vamos a tener en común es el sentimiento que ni tu vieja ni nadie logró romper entre nosotros. Eso es lo más importante, Te amo bonita. Para siempre.
Yo -Y yo a vos mi amor, para siempre , pero… ¡La luna también me hace acordar a vos!
-¡Jaja!”

Las lágrimas caen por mi cara, esta vez no por tristeza sino por melancolía. Por mi mente pasan tres ideas:
  
Te extraño, te sigo amando, y el "Para Siempre" NO FUNCIONA.

viernes, 3 de febrero de 2012

-..Love Story..-

 

Sabes Dios cómo me cuesta dejarte.
Es que hoy se me agotó la esperanza
Porque con lo que nos queda de nosotros ya no alcanza....


Sabe Dios todo el amor que juramos
Pero hoy nada es lo mismo ya no vamos a engañarnos
Que soy una mujer en el mundo
Que hizo todo lo que pudo no te olvides ni un segundo.






"Me asusta que cada vez me gustes más. Me asusta más que nada, que solo vos rondas en mi cabeza, me distraes, me conquistas y aunque no te toque, te siento. Aunque no me mires, te veo y siento que mi mundo es el tuyo, sos vos. No se como es que llegaste a hacerme quererte tanto, ya no me importa nada. No me importa la distancia. No me importa tener que renunciar a todo, tener que estar atada a una mentira para verte. Tener que estar en la computadora o tener crédito para sentirte, porque ya ni eso hace falta, siempre te siento. Quiero verte. Quiero tenerte y no me importa NADA."


Y pensar que eso escribía incluso antes de conocerte. Pensar que hubiera dado la vida por vos... Sangre dí. Pero no bastó. Nada bastaba, porque lo que yo estaba dispuesta a jugarme no era suficiente. No me animé a jugarme mi presente, mi casa, mis amigos, mi todo... Por vos. Te pido perdón por eso. No fui lo suficientemente fuerte, no me la jugué como debería. Porque al fin y al cabo me queda la duda, me queda la tristeza, de no saber si vos hubieras sido esa parte de mi alma que me iba a acompañar siempre, a tenerme segura, a darme un bebé.... Perdón por eso también. Yo sé que querías un bebé conmigo, y yo no me animé. Vos querías jugártelas todas, y yo me quedé corta de fichas....

A veces siento que necesito alejarme de todo un poco, siento que necesito desconectarme aunque sea unas horas, unos días, semanas, llegan a ser meses. Meses en los que mi vista se quiere nublar, mi sonrisa se pone en automática y mis piernas se mueven por si solas. Esos días en los que durante el día ni las lágrimas me salen. Porque adentro mío sé, que no quiero que nadie se preocupe, que nadie me note, que quiero desaparecer.

Y necesito sentirme real. Necesito un elixir que me de fuerzas para volverme a levantar al día siguiente.

Por eso a la noche, entre sentada y escurrida, con la espalda apoyada en un lado de la cama, con el piso frío como testigo y mi cara anegada de lágrimas (que ahora sí salían para lavar las heridas), me sacaba el veneno de las venas, me escurría la sangre para que mi cuerpo sintiera algo, algo que siempre terminaba siendo dolor, dolor de las heridas que yo misma me hacía, y dolor de la sal de mis lágrimas que caían en las heridas recién hechas.



Escuchando canciones que te deprimen en un momento de mayor depresión. Queriendo ser tuya y de nadie más. Queriendo cambiar la situación. Queriendo ser yo y ser la que vos querías que yo fuera. Me veo al espejo y siento el dolor de que no fui lo suficiente como para complacerte, ni dí lo suficiente para tenerte. Saber que tuve la oportunidad, pero que no la supe aprovechar. Necesito tus besos, tu respiración, tu olor.

  

Necesito saber que vivo y siento algo que no sea dolor por un pasado que no pasó.