domingo, 12 de septiembre de 2010

"Para odiar hay que querer".-


Nunca se alcanza lo que se quiere, porque no queremos lo que alcanzamos. Escuchando música en un volumen atroz, pensando en olvidar, pero olvidando lo que pienso… Con el impedimento de extrañarte y la contraposición de estar presa de ese amor. Un amor enfermizo, una simple vuelta del destino. Haciendo de cada vuelco de sentimientos una bocanada de respiración replegada de sentimientos incompletos. Llenando el alma,…con vacío. Como si todo se desplomara. Tal como si todo se descargara en un mínimo centro. En un lugar tan seco de sentimientos. Un lugar vacío de reacción y ausente de premonición.