viernes, 20 de agosto de 2010

Que su mirada todavía me quema… INOLVIDABLE.-


Pareciera que el tiempo pasa y no me doy cuenta. Las sensaciones suceden y no repercuten. Pareciera que nada te importo ni te molestaste en decir adiós. Pareciera que yo me enamoré, y no era esa tu posición.



Y SI. Es verdad que vos me lo advertiste. Me dijiste que no te ibas a enamorar. Siempre tan dolorosamente sincero. Por eso dolía más, incluso mas de lo que ya de por si me dolía. Tu rechazo, tu olvido,… tu felicidad. No me quejo, porque lo que me enseñaste no me lo enseño nadie. Pero quiero que sepas que como te quise yo, no te va a querer nadie. No reclamo… aviso.



Pero me da bronca. Me da bronca que por vos no pueda confiar, que vos me hayas vuelto tan paranoica que me marcaste para siempre. Que me confundiste a niveles exorbitantes y que nada de lo que diga lo va a poder ocultar. A veces me gustaría que me vieras… que me hubieras visto. Sangrando y rota. Por tu culpa. Por vos.



Me molesta sentir que mis ojos arden y se ponen rojos de las lagrimas de sangre que vos me haces derramar. Que por vos lloré vidas y deseé morir. Sabiendo que nada te importó, sintiendo que todo solo pasó. Que vos por todo lo perdí y que vos nada por mi.



Te quiero confesar que haría lo imposible por volver el tiempo atrás. Por no enamorarme y por no arriesgar todo por vos que nada te importó. Lo que sea, daría por no involucrarme y por no ocupar mi mente en una absurda noción de lo que estaba mal o lo que estaba bien estúpidamente invertida.



Detesto la necesidad irracional de auto criticarme y de siempre menospreciarme por lo que soy y como soy, parece que me enseñaste bien. Parece que aprendí a que sin tu ayuda también me podía hacer daño, ... sola. Supongo que tu plan era ese. La verdad es que no lo sé. Pero aprendí. Al final aprendí bien.



(Solamente quiero que seas TÚ).




Me duele,… Perderte.-

domingo, 15 de agosto de 2010

Tú. Lo que soñé mi vida entera... TAN SOLO TÚ.


Así como me dejaste sufrí, así como me quisiste me abandonaste y como un muñeco sin vida y sin relleno me dejaste tirada. Sin saber cual era mi propósito si debía moverme o si siquiera podía. Nunca me sentí tan perdida, porque ese era el problema, nunca había sentido, y sin embargo actuaste como si no te importara nada. Actuaste como no merecía que me trataras. Porque no lo merecía, no ahí. No así. No tanto.

El día que me sacaste el alma por la profunda herida que me hiciste en el corazón. Ese día aprendí que el amor duele. Que la vida nunca actúa como debería, según uno quiere. Ese día aprendí a odiar. Ese día aprendí a odiarte.

Gracias por todo lo que me enseñaste. Gracias por lo que me hiciste vivir. Porque me hiciste crecer. Aunque yo hubiera preferido quedarme por siempre en mi ignorancia acompañada de felicidad.



"¿Cómo se puede odiar y amar con todo tu ser a una persona?..." Abzurdah.-

Estoy vencida porque el mundo me hizo así, no puedo cambiar... ♪

Como quien sabe de la cosa. Todos fuimos, seremos o somos adolescentes en un momento. Hay que aceptarlo. Es una mierda. Te conoces. Para que?! En el 90 % de los casos te terminas decepcionando de vos misma. O vos mismo, la verdad que no lo sé, soy una chica, lamentablemente para mí. Siempre sentí que al ser chico se tenía menos problemas. No te tenías que ver al espejo y fijarte en que cosas vas a tener que arreglar a la mañana para salir al colegio, a la facultad o al trabajo. No se te pasan tantos problemas por la cabeza, y la mejor parte de todo, si te peleas o sentís enojado por algo con alguien lo “ves a la salida”. (AKA: lo cagas a piñas en la vuelta de la esquina) Y tema terminado. Al día siguiente la relación puede ser de mejor amigo a mejor amigo. I mean. Am I right?.

sábado, 14 de agosto de 2010

Esperarte es tan estúpido como lo fue creerte en su momento.


Un día me vas a entender.

Un día me vas a extrañar.

Ese día llego.

Ya no me podes parar.

No lo intentes.

Ya no puedo pensar.

Ya mi fuerza no resiste más.

Me lograste enfermar.

La competencia terminó.

Y no gané, sino que te dejé ganar.

No me intentes rescatar.

Si cuando necesitaba ayuda, no tuviste problema en negármela.

Ya no exageres.

Ya no llores.

Ya no intentes hablar.

Hubo tiempo para eso y no lo supiste aprovechar.

Ahora, ahora dejame.

Y no me pienses buscar.

Porque donde me pienso esconder, no me vas a poder encontrar.